Primer día de clase.

Son los primeros días de clase y se procede al breve desfile de presentaciones de profesores y para la gran mayoría de la clase esto se convierte en una lluvia constante de caras y nombres nuevos difíciles de asumir en apenas unas horas sueltas. Tiempo habrá de congeniar, de agruparse, de conocerse y de trabajar y aprender juntos.
Y precisamente de eso se trata el primer día de clase de cada asignatura, de agilizar ese proceso con unos breves y concisos trazos a modo de hoja de ruta sobre el por qué de la existencia, significado e intenciones de cada una de las asignaturas de este bello grado que vamos a cursar.
"Análisis de la forma, el color y la luz".... Zasca.
Así de primeras pareciera que ibas a encontrarte con alguien vestido de bata blanca y rodeado de aparatos de precisión cual médico cirujano o científico loco a punto de encontrar el origen y uso de los rayos gamma. Pero no exactamente...
De repente apareció aquella simpática mujer de unos "taitantos" años. Vestida con un vestido en negro riguroso, ni muy corto ni muy largo. Perfecto para la ocasión y con cierto aire casual pero a la vez de diseño exclusivo. Luego resultó ser que se lo había puesto del revés. De ahí lo del peculiar corte de diseño.
Negro. Sí, ese color....
Vestir de negro, todo un acierto. Sobre todo para una asignatura que analiza el color. Me puedo imaginar a la profesora por la mañana pensando... "uf, vaya, mejor ir de negro o de blanco, para así no influir demasiado en la elección de colores que tendrán que desarrollar mis nuevos alumnos"... Y con las llaves de casa en la mano a punto de salir, cerrar la puerta y volver a su habitación para buscar un vestido negro. Entiendo que por eso se vistió del revés. Las prisas son malas. O eso me gusta imaginar. Tendría su gracia.
Nos habló de su vida. De dónde venía, hacía donde quería ir. De su familia, que se casó muy joven con 19 años, de su hijo ingeniero en Alemania si no recuerdo mal, de su marido, su carrera, su vida laboral, su vida en Alemania, de su deseo de conocer Japón profundamente... Sus inquietudes y sus aciertos mayormente.
Digo esto porque cuando contamos nuestras vidas solemos ocultar lo malo. Y lógicamente para una presentación en sociedad o una entrevista de trabajo suele ser "lo correcto". Y aunque puede que sobrara algo de su "yo" personal y faltara algo más del "nosotros" también hubo tiempo de eso cuando nos fuimos levantando de nuestras sillas para hacernos visibles ante todos los compañeros a la voz de nuestros nombres en un visual repaso de la lista de la clase.
Fue una presentación distinta, lo cual se agradece especialmente en una carrera como Bellas Artes. Y además sigue manteniendo los niveles de autoridad necesaria por parte de un profesor de cara a su alumnado estableciendo bien los foros adecuados de expresión y comunicación del alumno con el profesor sin que se pierda pierda el rigor del acto de enseñar y añadiendo la frescura y vitalidad que está mujer profesa y creo que puede llegar a transmitirnos.
No me parece nada mal que a modo de presentación un profesor pueda romper un poco con la aburrida liturgia establecida en estos casos, si es que de eso se trataba lo de contarnos su vida...
Pero en definitiva, es nuestra nueva profesora. Esa profesional docente por la que hemos pagado una matrícula con tres ceros, de la que no sabiamos absolutamente nada y en la que confiamos para saciar nuestra necesidad de aprender.
La que se se va a convertir durante unos meses en nuestra mejor guía al asumir el cometido de dar color a nuestro aún ciego (por falta de luz o por una excesiva exposición a la misma) e inexperto conocimiento.
¡Al tajo!